Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831).
Hay quienes afirman que es Hegel uno de los más grandes
virtuosos de la expresión filosófica, no sólo por el amplio conocimiento del
saber de su época en áreas como Historia, Arte, Sociedad y Religión, sino por el prolijo orden en que
expone su desarrollo filosófico.
Respecto al problema gnoseológico, Hegel asume las
dificultades observadas por Hume (que puso en duda de que poseamos datos
objetivos como para afirmar la existencia de algo) y Kant (que redujo la noción
de sustancia a una categoría de nuestras representaciones operada por el
entendimiento), pero agrega que la existencia de las cosas en sí o sustancias,
tiene un inconveniente adicional, el de convertir el conocimiento en algo
relativo. Si un conocimiento es relativo, no puede ser considerado conocimiento
en el sentido pleno de la palabra, de manera tal que no puede haber ni
verdadera ciencia ni Filosofía.
Hegel no quiso eliminar las contradicciones de la
realidad, sino asumirlas y comprenderlas, para él, la contradicción es lo que
permite explicar el devenir y el movimiento.
Hegel, no utiliza los términos tesis, antítesis y
síntesis en su obra. Sin embargo, sus expositores suelen recurrir a esta
terminología de origen griego que parece resultar adecuada para describir su
pensamiento. En rigor, él los llamará afirmación, negación y negación de la
negación. El último, niega la independencia de los dos primeros a la vez que
los conserva integrándolos en una instancia superadora (aufhebung). A menudo se
afirma que la dialéctica es el método hegeliano. Sin embargo, es más que eso,
conforma la estructura misma de la realidad, completamente integrada por
contrastes y tensiones entre los opuestos. Sin embargo, como el conocimiento no
es sino un aspecto de la realidad, consecuentemente la dialéctica es también el
método de la Filosofía. Se entiende así a la realidad como un conjunto de
relaciones dialécticas.
Como las diferentes oposiciones se van integrando
progresivamente en unidades superiores conciliadoras que las contienen,
finalmente, según Hegel, se encuentra una síntesis última, la síntesis de todas
las síntesis que no sería otra cosa que la totalidad sistemática de todo lo
real, la totalidad o sistema de todo lo que es. En este sentido, la realidad es
concebida como un organismo espiritual, en donde nada acontece de manera
aislada sino que todo acaba por relacionarse entre sí.
Para Hegel, la verdad de algo, esto es, su realidad
plena, sólo existe en relación a la totalidad a la que pertenece. No es posible
saber qué es el corazón en verdad, independientemente del organismo del que es
parte.
Afirma así que lo verdadero es el todo. La realidad es
concebida como un todo articulado en un proceso activo de autorrelación. La
relacionalidad universal resulta plenamente inteligible porque las partes que
la componen se integran en una unidad absoluta y final.
Hegel llama espíritu, que en efecto no es nada de tipo
“misterioso” sino las variadas manifestaciones de la vida humana que la diferencia
de la de los animales: el pensamiento, la ciencia, el arte, etc.
Se revela entonces, la idea central del idealismo
absoluto. Podría decirse que el sistema hegeliano es un sistema de categorías
mucho más amplio y complejo que el kantinano. Pero es un sistema que prescinde
de material exterior al que las categorías tengan que aplicarse (es decir, las
impresiones que se necesitan en la gnoselogía de Kant). Porque para Hegel, el
contenido se da a sí mismo estableciendo relaciones dialécticas.
En síntesis, el espíritu (o conciencia) posee:
1. Automanifestación: la propiedad de aparecer ante sí
mismo.
2. Autoarticulación: la capacidad de articularse en sí
mismo. 3. Reflexión: es a la vez, objeto y sujeto para sí mismo.
Sören Kierkegaard (1813-1855).
La suya, es una Filosofía de la fe, en tanto considera
que ésta es la que salva al hombre de la desesperación.
La desesperación es una enfermedad propia del espíritu,
del yo, y por consiguiente puede revestir tres formas: la del desesperado que
ignora poseer un yo (desesperación impropiamente tal), la del desesperado que
no quiere ser sí mismo y la del desesperado que quiere ser sí mismo. (...) La
relación entre el alma y el cuerpo es una simple relación. Por el contrario, si
se relaciona consigo misma, entonces ésta relación es lo tercero positivo, y
esto es cabalmente el yo.
Carlos Marx (1818-1883).
Algunos autores pretendieron integrar la obra de Marx y
Engels en un sistema filosófico, el marxismo, articulado en torno a un método
filosófico llamado Materialismo dialéctico. Los principios del análisis
marxista de la realidad también han sido sistematizados en el llamado Materialismo
histórico y la Economía marxista. Del Materialismo histórico, que
sitúa la lucha de clases en el centro del análisis, se han servido numerosos
científicos sociales del siglo XX: historiadores, sociólogos,
antropólogos, teóricos del arte, etc. También ha sido muy influyente su Teoría
de la alienación.
Las obras de Marx han inspirado a
numerosas
organizaciones políticas
comprometidas en superar el
capitalismo. Por una
parte, habría que señalar la interpretación que han realizado leninistas,
trotskistas y maoístas., partidarios de que una vanguardia del proletariado se
haga con el poder a través de la fuerza, para así avanzar hacia el socialismo.
“...La nada engendra la angustia (...) Los conceptos de
miedo y otros similares se refieren siempre a algo concreto, en tanto que la
“angustia” es la realidad de la libertad en cuanto posibilidad frente a la
posibilidad. Esta es la razón de que no se encuentre ninguna angustia en bruto,
precisamente porque éste, en su naturalidad, no está determinado como
espíritu...”
Marx describe al hombre con diversas concepciones: lo
considera un ser real de carne y hueso; es únicamente el resultado de la
historia económica, un predicado de la producción de la misma.
Piensa que el hombre se realiza modificando la naturaleza
para satisfacer sus necesidades en un proceso dialéctico en que la
transformación de agente y paciente es transformación mutua. La autogeneración
del hombre es un proceso real, histórico – dialéctico, entendiéndose la
dialéctica como proceso y movimiento a través de la superación sintética de las
contradicciones.
La libertad, la capacidad de actuar eligiendo, está
limitada a las determinaciones históricas, pero es, al mismo tiempo, el motor
de aquéllas cuando las relaciones sociales y técnicas entran en crisis.
Dios, la Filosofía y el Estado constituyen alienaciones
en el pensamiento, alienaciones dependientes de la alienación económica,
considerada para Marx única enajenación real.
En líneas generales, Marx defiende la idea de que la
alineación empobrece al hombre sociohistórico negándole la posibilidad de
modificar aspectos de los ámbitos en los que se ve involucrado, provocándole
una conciencia falsa de su realidad.
Políticamente, aboga por una sociedad comunista. Entre el
hombre alienado y el hombre comunista se coloca el proceso transformador. Sólo
en la sociedad comunista habrá desaparecido toda alienación.
En ella estudios históricos método del histórico. Surgen
así los conceptos económicos más destacados: La Teoría del Valor, La
explotación como apropiación de plusvalía, o La Teoría explicativa sobre
las crisis.
Arturo Schopenhauer (1788-1861).
Plantea que la realidad no es manifestación de la
razón sino de una fuerza ciega infinita que se multiplica
gradualmente en los individuos del mundo ilusorio de la representación.
El hombre, en tanto es individuación consciente de esta
voluntad infinita, está destinado a sufrir. Todo sentimiento positivo, incluso el
placer, es ausencia de dolor. No hay más liberación que la anulación de la
voluntad de vivir y del propio yo.
Según Schopenhauer, la
voluntad, se manifiesta en todos
los estratos del mundo natural,
desde la simple piedra hasta el
hombre, en
quien alcanza su
grado máximo al adquirir la forma del deseo constante; el
cual es la voluntad, definida por este filósofo como "un ciego afán y
un impulso carente por completo de fundamento y motivos".
Reconoce como válidas sólo tres alternativas, que
jerarquiza según el grado de aniquilación de la voluntad implicado en cada una
de ellas:
ð La contemplación de la obra de arte como
acto desinteresado, fundamentado de su estética;
ð La práctica de la compasión, piedra angular
de su ética;
ð La autonegación del yo, mediante una vida
dedicada al ejercicio de las virtudes.
Por lo demás, Schopenhauer fue el primer gran filósofo
occidental que puso en contacto los pensamientos de su época con los de Oriente
y uno de los primeros en manifestarse abiertamente ateo.
Federico Guillermo Nietzsche (1844-1900).
No utiliza razonamientos o deducciones sino intuiciones.
La frecuente utilización de símbolos impide una interpretación unívoca. Postula
la existencia de una eterna lucha entre una concepción teórica y otra trágica
del mundo.
Nietzsche piensa que hay dos clases de hombres: los
señores y los esclavos, que han dado distinto sentido a la moral. Para los
señores, el binomio “bien-mal” equivale a “noble-despreciable”. Desprecia como
malo todo aquello que es fruto de la cobardía, el temor, la compasión, todo lo
que es débil y disminuye el impulso vital. Aprecian como bueno, en cambio, todo
lo superior y altivo, fuerte y dominador. La moral de los señores se basa en la
fe en sí mismos, el orgullo propio.
Por el contrario, la moral de los esclavos nace de los
oprimidos y débiles, y comienza por condenar los valores y las cualidades de
los poderosos. Como los esclavos son débiles promueven valores como la
mansedumbre y la misericordia. Critican el egoísmo y la fuerza.
La crítica de Nietzsche a la moral tradicional se
centraba en la tipología de moral de “amo” y de “esclavo” y en la descripción
de la dinámica que generan, esta dinámica o dialéctica debe ser conocida por los
“espíritus libres” para conducir a la humanidad a su superación.
La supervivencia era una de las consecuencias de un deseo
aún mayor, impulso hacia una supravivencia, un deseo perpetuo de todo ser vivo
por ir más allá de todos, el todo y hasta más allá de sí mismo, más allá de la
muerte. Este impulso irracional o deseo perpetuo por expandirse impreso en cada
ser es lo único que da sentido a la existencia, paradójicamente “razón de ser”
y es la fuerza principal dentro de la visión trágica o dionisiaca de Nietzsche.
Época Contemporánea.
José Ortega y Gasset (1883-1955).
"Mi vocación era el pensamiento, el afán de claridad
sobre las cosas. Acaso este fervor congénito me hizo ver muy pronto que uno de
los rasgos característicos de mi circunstancia española era la deficiencia de
eso mismo que yo tenía que ser por íntima necesidad. Y desde luego se fundieron
en mí la instigación personal hacia el ejercicio pensativo y la convicción de
que era esto, además un servicio a mi país. Por eso mi obra y toda mi vida han
sido servicio de España. Y esto es una verdad inconmovible, aunque
objetivamente resultase que yo no había servido de nada"
Las líneas maestras de la filosofía orteguiana pueden
trazarse a partir de la crítica de una serie de Ideas o pares de
Ideas:
Realismo / Idealismo.
Según Ortega, practicado en la Antigüedad (“que
ponía como realidad radical la cosa corporal”) y en la Edad Moderna (“que
afirma como realidad radical el pensamiento, la conciencia”)
En su análisis (las Cosas y Yo; Circunstancia y Yo) o
mediante su fusión en una única idea: la Idea de Vida. La
realidad radical es, en consecuencia, la suma de la existencia humana individual
(biográfica) y la circunstancia (que es un espacio antropológico bidimensional),
concebida como el ámbito de los problemas a los que tiene que enfrentarse el Yo
(que no se identifica ni con el cuerpo ni con el alma ni con su composición).
La circunstancia consiste en una serie de dificultades y facilidades para los
individuos.
Subjetivismo / Objetivismo.
El objetivismo (racionalismo) caracterizaría a esta
primera fase o etapa de su pensamiento que se articula en torno a dos grandes
Ideas: las Ideas de Ciencia y de Cultura.
El objetivismo inicial, por tanto, se matiza y corrige a
partir de esta fecha con el par de conceptos Yo-Circunstancia y, sobre todo,
con el concepto de “perspectivismo”, no muy alejado de algunas categorías
tomadas de la biología: “Cada individuo –persona, pueblo, época– es un órgano
insustituible para la conquista de la verdad”.
Relativismo (Vida) / Racionalismo; Cultura (vida
espiritual) / Vida (vida biológica, vida espontánea). En resumen Racionalismo /
Vitalismo.
Cuya oposición pretende soslayarse introduciendo la
consabida yuxtaposición de conceptos con la que define su propia filosofía: el racio-vitalismo.
La doctrina de la razón vital es la propuesta orteguiana
para superar la oposición racionalismo/vitalismo, en un doble sentido: en
primer lugar, vitalizando a la razón, insertándola en el contexto de la
existencia humana; en segundo lugar, renegando del sustancialismo. Así proclamó
Ortega su “cartesianismo de la vida” utilizando la fórmula “pienso porque
existo”.
Como consecuencia inmediata, Ortega arroja toda la
Ontología tradicional: Las Ideas de sustancia, esencia, existencia, ser, cuerpo,
alma, materia, forma.
La razón histórica, es la razón vital puesta en
movimiento, la alternativa metodológica ofrecida por Ortega para el análisis de
la vida tanto biográfica como histórica.
Esta concepción puede considerarse el resultado de la operación
de integración de su perspectivismo vital (antropológico, cultural) al ámbito
de la realidad histórica, a través de la definición del ser del hombre (de su
sustancia) como ser histórico; el ser del hombre es innumerable y multiforme:
en cada tiempo, en cada lugar, es otro. El ser principal de la existencia
humana es el sistema de creencias en el que vive.
“Para mover guerra al subjetivismo negaba al sujeto, a lo
personal, a lo individual todos sus derechos. Hoy me parecería más ajustado a
la verdad... dotar a lo subjetivo de un puesto y una tarea en la colmena
universal”.
“El hombre, no tiene naturaleza, lo que tiene es
historia; porque historia es el modo de ser de un ente que es
constitutivamente, radicalmente, movilidad y cambio. Y por eso no es la razón
pura, eleática y naturalista, quien podrá jamás entender al hombre. Por eso,
hasta ahora, el hombre ha sido un desconocido... ¡Ha empezado la hora de las
ciencias históricas! La razón pura tiene que ser sustituida por la razón
narrativa... Y esa razón narrativa es la razón histórica”. (Ortega)
Ortega se defendió contra los que calificaba su
pensamiento como “vitalismo” porque su intención no era el de un reduccionismo
biológico ni tampoco desvalorizar la razón. Pero tampoco postula una
dependencia de la razón que culmine en idealismo. El raciovitalismo pretende
ser una posición intermedia en la que razón e intuición se ponen al servicio de
la vida. Así, para Ortega, la vía será una realidad radical y el hombre no será
naturaleza sino historia, porque la vida no es sino lo que hacemos y lo que nos
pasa. Ortega se acerca claramente al existencialismo.
Jürgen Habermas.
Filósofo y sociólogo alemán. Miembro más destacado de la
segunda generación de filósofos de la escuela de Francfort y la última gran figura
de la tradición filosófica que se inspira en Marx y Hegel para una
interpretación sociohistórica del mundo actual. Tras una primera etapa en que
sigue muy directamente los planteamientos de la teoría crítica, renueva esta
misma teoría, manteniendo la perspectiva de oposición al cientificismo
positivista y de intento de transformación de la sociedad mediante la reflexión
crítica, apoyándose más que en la tradición idealista, en la nueva Filosofía del lenguaje. Formula así, su
doctrina de la “situación ideal de diálogo” como núcleo de su teoría.
La liberación-emancipación progresiva del hombre
se lleva
a cabo, ya según la teoría crítica de la
primera escuela de Francfort, a través
de la crítica a
las ideologías -crítica a la ciencia y a la técnica- y
del recurso
al psicoanálisis; así la teoría deja de ser mera teoría y coincide con la
praxis, pues en ambos casos coinciden el conocimiento (teórico) con el interés
(práctico): la crítica a la sociedad no consiste en un mero comprender, sino en
liberarse de las diversas formas injustas de dominación y, en la labor
psicoanalítica; el simple comprender es ya liberación. Nunca ha de separarse la
racionalidad del interés; la prueba de ello está en el mismo lenguaje. Éste
supone esencialmente comunicación. No hay posible situación de diálogo si los
sujetos no se reconocen mutuamente la plena igualdad de seres libres y
responsables.
La igualdad humana a que tiende toda la tradición del
idealismo hegeliano y del materialismo histórico aparece exigida como situación
radical y originaria del diálogo: en el diálogo de los seres libres y autónomos
surge la idea. El diálogo real en la sociedad, no manifiesta tal situación
ideal; pero la comprensión de esta “situación ideal de diálogo” es el a
priori del que hay que partir y algo que “todavía no” existe, pero que se
percibe como lo único que posibilita la “vida buena” y que los sujetos humanos
plenamente libres sean capaces de comprensión: de intersubjetividad. A la
ciencia de esta intersubjetividad llama Haber mas “pragmática universal”.
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